El registro de las altas temperaturas en varias partes del mundo se ha convertido en noticia durante el verano, debido a que se han registrado los días más calurosos de la historia, provocados por intensas olas de calor que afectan gravemente a la salud y al medio ambiente.
Una ola de calor es el aumento notable de las temperaturas de una región específica, durante un periodo prolongado de tiempo.
Este fenómeno atmosférico sucede durante el verano, provocando un sistema de alta presión en los niveles medios de la atmósfera. Esto significa que predomina el clima seco, la baja humedad, las altas temperaturas y que hay poco viento, provocando incendios y sequía.
Las olas de calor evitan la formación de nubes y lluvia, un proceso que ayuda a regular la temperatura atmosférica y romper con los sistemas de presión. Esto es el resultado de la crisis climática que se vive a nivel mundial, ocasionando problemas como el calentamiento global, causada al mismo tiempo por la contaminación de océanos y la sobreexplotación de las materias primas.
Además de afectar al medio ambiente, las olas de calor perjudican la salud. Las olas de calor pueden tener consecuencias negativas en el cuerpo humano como hipertermia, deshidratación, vómitos, dolores de cabeza, síntomas gastrointestinales como la diarrea y tendencia a desarrollar enfermedades crónicas como problemas cardiovasculares y respiratorios.
Las autoridades de la salud recomiendan usar ropa ligera, mantenerse hidratados, evitar la exposición directa al sol, y llevar una alimentación baja en calorías y sodio, además de estar en espacios ventilados y disfrutar de un óptimo descanso.
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