04. Consumo de agua en el mundo
05. Reparto del agua en el mundo
08. Depuración de aguas residuales
09. ¿Qué hacer para ahorrar agua?
En España, la agricultura de regadío es la principal consumidora de agua, seguida de lejos por el sector industrial y energético, y por el consumo doméstico. Estos usos, aplicados con técnicas poco respetuosas para el medio ambiente, pueden causar importantes impactos ambientales.
Principalmente como consecuencia de la actividad humana, la calidad del agua puede verse alterada, poniendo en peligro su utilización posterior. Por ello, las distintas legislaciones aplicables en el territorio español han establecido, en función del uso a que se vaya a destinar, valores límite para los parámetros de calidad que no deben rebasarse.
Las exigencias específicas de calidad de agua hacen que, en la mayoría de las ocasiones, sea necesario emplear un tratamiento previo más o menos sofisticado (filtración, desinfección, etc.).
En países como España, donde la escasez de este elemento es un problema cada vez más acuciante, se están buscando nuevas fuentes para satisfacer la creciente demanda. Entre las alternativas que se barajan, aunque no exentas de polémica, están la desalación y los trasvases (como el existente entre las cuencas del Tajo y el Segura), poco recomendables por sus implicaciones ecológicas. Se debe apostar, no por la solución “fácil” de la proyección y desarrollo de trasvases, sino por la gestión integral del agua.
Consumo de agua en España entre lo usos mayoritarios. Fuente: IDAE 2010
En el año 2001 se consumieron en España un total de 32.927 hm3 de agua, de los cuales la principal utilización se registró en la agricultura (63,3%), seguida por el sector industrial y energético (24,5%) y por el consumo doméstico (7,8%).
Podría parecer que el consumo doméstico, al suponer un gasto menor, no tiene tanta importancia a la hora de la gestión del agua, y que los esfuerzos deberían centrase más en la agricultura o la industria. Es cierto que el sector primario ha de recibir importantes acciones para la gestión eficiente del agua, pero hemos de tener muy presente que, en el periodo 1997-2003, el uso del agua experimentó un crecimiento de un 8,1%, en el que se reflejaba un incremento de los usos domésticos de un 23%, mientras que los industriales y energéticos lo hicieron en un 10,8%, y los agrícolas en un 4,5%. Y actualmente, observamos como ha cambiado esa tendencia:
Durante el año 2010, en España se suministraron a las redes públicas de abastecimiento urbano 4.581 hectómetros cúbicos (hm3) de agua. Aproximadamente, las tres cuartas partes de esta cantidad (3.393 hm3) se distribuyó para el consumo de los hogares, de los sectores económicos (industria, servicios y ganadería)(1), y para los consumos municipales, con una disminución del 3,1% respecto al año 2009.
El consumo medio de agua de los hogares disminuyó un 3,3% y se situó en 144 litros por habitante y día en el año 2010
El volumen de agua de riego utilizado en el sector agrario aumentó un 1,3% en 2010 respecto al año anterior
Es decir, hemos de saber que nuestro consumo diario se está acondicionando a las circunstancias actuales, como el aumento de la población y de los usos que le damos al agua, lo que conlleva una demanda y un gasto cada vez mayor del recurso hídrico. POR ELLO, NUESTRA ACCIÓN DIARIA AHORRANDO AGUA ES CADA VEZ MÁS IMPORTANTE.
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